lunes, 11 de julio de 2011

¿VAMPIROS O ZOMBIES?

A diferencia del vampiro, el zombi es un ser completamente carnal. Es carne muerta que se alimenta (sin saciarse jamás) de más carne. Casi siempre es lento y torpe, no se puede dialogar con él ni hacerle cambiar de idea. De nada sirve acercarse, pues uno puede ser mordido y convertirse en uno más. La única forma de deshacerse de la terrorífica figura es ir a la cabeza, o bien huir lo más rápido y lejos posible. El problema es que, a la larga, los zombis nos rodean y estos dos métodos se antojan insuficientes. Es el desenlace habitual de las historias construidas alrededor de este mito adaptado del culto vudú, donde el mago de turno hacía volver a la vida a los muertos para convertirlos en esclavos. Y a la vez es otro de esos terrores recurrentes para el mundo de la cultura.

En esta idea del fin de todo se explaya uno de los cómics americanos más interesantes de los últimos años

Muy al contrario de lo bizarro que predomina en el material que toca este tema, el cómic de Kirkman, como apunta en la introducción, "es un trabajo basado en los personajes"

Puedes huir y esconderte, como el personaje del predicador Gabriel Stokes, escondido solo en una iglesia devorado por los remordimientos y la culpabilidad… pero los muertos acaban apareciendo.

De verdad que da miedo...Pero todo da miedo.


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